At 05 octubre, 2006 16:41, Mery
A morir que la muerte es un día,
a morir que pa eso he nacío,
a morir que pa eso he vivío,
a morir pero con alegría,
que la condena más mala
y más traicionera
que me han echao ya la he cumplio:
la condena de la vida...
Más condena, es la tierra,
donde suenan los tambores de la guerra,
y los hombres,
mueren matando a los hombres
y quien no muere matando
arrastra con sus cadenas,
y quien no arrastra cadenas
otra condena lleva arrastrando.
Más condena que amarte,
que besarte y tenerte,
si después de besarte
yo quiero mirarte y no puedo verte...
y maldita condena la de tu cara oculta,
porque tu melena na más que mira a la luna...
y si la luna lunera desde el cielo
me echa un reojo,
me arretiro de la escollera,
dando vuelta como los locos...
Y a los dioses les pido
que no quiero que me perdonen
que yo nunca me he arrepentio
por un cachito de la mar,
de la mar de Cai
le cambio el cielo que han prometio...
[...]
Mi guitarra,
no se la den a cualquiera,
y si acaso que la condenen conmigo.
Mi palabra dejarla en la carretera,
pa que nunca la metan dentro de un libro.
Mi corazón que se lo den a la gente,
a ver si así se alimentan de mi tierra,
mi rebeldía, pa los últimos rebeldes,
y mi tierra,
tú ya sabes que mi tierra,
mi tierra, mi tierra...
que no se la den a nadie.
[...]
A mi amada le brindo la muerte
que en vida le he dado,
que prefiero luchar y morir,
que vivir condenado...
¡Muak!